Militares Yankees metidos en la sopa Latinoarmericana
Por Pamela Damia (Universidad de La Plata, Argentina)
Enviada Especial a Asunción
E stados Unidos ha incrementado su presencia militar en la región por medio del Comando Sur (SOUTHCOM) y a través de los denominados “ejercicios militares” y visitas de reconocimiento a las zonas rurales donde la organización campesina está sólidamente conformada, aunque, a pesar de ello, viven entre los cultivos extensivos de soja transgénica y el rociado de agrotóxicos.
Mediante la noción de que la región es un "foco de inestabilidad", a la que Washington califica como su principal preocupación en América Latina, y con la complicidad del estado paraguayo, puede decirse que el interés radica en debilitar el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), para facilitar la administración de los recursos naturales que posee la región, que en éste caso tiene que ver con la reserva más importante de agua dulce del planeta, el Acuífero Guaraní.
En éste sentido, Orlando Castillo, miembro del SERPAJ PY (Servicio de Paz y Justicia de Paraguay) dijo:”en efecto, el gobierno paraguayo ha puesto trabas en los últimos tiempos para no permitir una integración completa y plena del bloque subregional, más allá de todas las falencias que tiene el MERCOSUR; y otro síntoma es que Paraguay ha presentado candidato ante la OEA (Organización de Estados Americanos) cuando el MERCOSUR ya lo tenía”.
Según un documento del SERPAJ PY, las fuerzas armadas paraguayas se han transformado en una de las principales latifundistas del territorio nacional, ya que posee más de 285 hectáreas en todo el país, de las cuales 6 mil están concentradas en Asunción, con más de doscientas dependencias militares. Pero éste total de tierras son las conocidas, pueden haber muchas que no lo son, por lo que las fuerzas armadas pueden estar ocupando territorios irregular o ilegalmente, como es el caso de Paso Yobai (Guaira), donde el ejército ocupa el local de la Organización Campesina de Desarrollo Comunitario de la Guaira (OCDCG). Esto es importante saberlo ya que para las organizaciones campesinas, esos terrenos están dentro de la Reforma Agraria, campaña que vienen impulsando desde hace ya muchas décadas.
La cooperación militar y de seguridad entre Estados Unidos y Paraguay data de los tiempos de la dictadura stronista, dado que muchos oficiales paraguayos fueron formados en la Escuela de las Américas, en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional. Actualmente, la Doctrina aparece reactivada bajo la excusa del “antiterrorismo”.
El 26 de mayo pasado, el Congreso paraguayo aprobó una ley a favor de la entrada y estadía, con absoluta inmunidad, de tropas norteamericanas hasta diciembre de 2006, en territorio guaraní. El miembro del SERPAJ dijo a APM que “Estados Unidos está instalado en Paraguay desde 2002 aproximadamente, tenemos registrados desde esa fecha 42 ejercicios militares de las tropas norteamericanas en nuestro territorio. Antes, estos mismos convenio se daba por seis meses, aunque, en general, eran renovados como lo será este también”.
Castillo aseguró que existen tres zonas de presencia militar definidas: una es en el Chaco, donde construyeron un aeropuerto para el aterrizaje para los Galaxy, B-52 (que pueden transportar armamento pesado, tanques e incluso aviones que pueden llevarse barriles de gas, petróleo y minerales del acuífero) y transbordadores de la NASA. Esta pista facilitaría la distribución de tropas y la conexión con Manta, la base militar más importante que Estados Unidos tiene en América Latina con 25 mil hectáreas de extensión, y que ya ha afectado a cinco municipios. Además de la de Iquitos, en Perú, la de Bolivia que no es oficial; la de Leticia, Colombia y la de Curacao en Venezuela, entre otras.
“Todo esto forma una fuerza operativa de despliegue rápido, que permite el fácil avance de tropas de marina o infantería a distintos puntos de Latinoamérica. Por ejemplo, desde Ecuador se podría estar bombardeando en una hora a Colombia, desde Perú a la Amazonía, desde Aruba a Venezuela; pero les faltan algunos nexos que no se pudieron establecer por ejemplo, en la Patagonia o en Mendoza (Argentina) o en Alcántara (Brasil), como se tenía pensado”, explicó Castillo.
Por tanto, se cree que Paraguay se ha convertido en el punto más estratégico para una base militar, aunque el embajador norteamericano en éste país diga que no existe tal interés.
Siempre se piensa que la Triple Frontera (que comparten Brasil, Argentina y Paraguay), sería el blanco para instalar una asentamiento militar. Sin embargo, Castillo difiere porque asegura que, generalmente, no suelen colocar la base en el lugar que les interesa; sino a una distancia que les permita llegar rápido a esa zona.
Según él, la pondrían en Concepción, una ciudad bastante importante a 500 kilómetros al norte de Asunción, en el departamento de Caaguazú, que tiene un movimiento campesino muy importante y está a orillas del Río Paraguay.
Allí, tendrían despliegue terrestre, fluvial y aéreo. Por otro lado, Concepción queda a media hora de vuelvo de Mariscal Estigarribia (a 250 kilómetros de la frontera con Bolivia), zona donde convergiría el proyecto de la Hidrovía (que conectaría el Río Paraguay, Paraná y Río de La Plata), donde el río se ensancharía y eso les permitiría entrar con más buques y más tropas terrestres a Ciudad del Este.
“Pensamos que allí se pueden estar instalando porque de hecho se crearon 18 nuevas divisiones de las fuerzas armadas paraguayas para estar en zonas de conflicto, donde los campesinos ocupan la tierra; además, los tres departamentos ubicados en la zona oriental (la más productiva) están conectados: Caaguazu, San Pedro y Concepción, donde, según Castillo, es donde más han estado ya que incluso se registraron casamientos entre lugareñas y soldados.
Esa es la zona estratégica, pero no Ciudad del Este por el movimiento, la infraestructura y para no levantar suspicacia. Y agregó “lo que sí estarían instalando en la Triple Frontera serían los depósitos, puestos donde almacenan, en teoría, alimentos o elementos de ayuda humanitaria, excusa con la cual se mantienen en contacto con la población con el reparto de víveres y medicamentos”, dijo Castillo.
Quienes investigan el tema, le sugirieren a la población no acercarse a los militares porque representan un riesgo en presente y futuro, ya que no tienen ningún tipo de control por parte del Estado; no se sabe que medicinas son ni quien aplican, dado que realizan consultas médicas gratuitas.
La presencia norteamericana en Paraguay no sólo está dada por las tropas. La oficina del FBI ya está funcionando en la embajada de Estados Unidos desde hace algunas semanas: “se comprueba una de sus técnicas con sólo mirar la publicación de fotos de supuestos terroristas paraguayos en una página entera del diario de más tirada del país, el ABC Color; dentro de poco van a ofrecer recompensa”, comentó Castillo.
También la CIA está funcionando en Paraguay desde la dictadura y la DEA, está trabajando por ejemplo en Lamambay (frontera con Brasil, zona de influencia del narcotráfico), donde la gobernación donó cinco hectáreas el mes pasado, para montar su oficina.
Castillo aseguró que además, “la DEA trabaja con agentes encubiertos y que el Congreso paraguayo está legislando la posibilidad de utilizar a la policía como agente encubierto, cosa que antes no se hacía; esto es, a todas luces, el marco legal para garantizar sus operaciones”.
La instalación de ésta oficina y la promulgación de la ley se dio automáticamente luego de que, a fines de mayo, el vicepresidente paraguayo, Luis Castiglioni, finalizara una visita oficial a Washington en la que se entrevistó con su colega estadounidense, Dick Cheney, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y el jefe de la diplomacia para Latinoamérica, Roger Noriega, entre otros funcionarios.
Según la información oficial del gobierno paraguayo, durante su visita se abordaron temas relacionados a la defensa y seguridad hemisférica, así como la lucha contra el delito transnacional y el terrorismo. Como acción inmediata, el secretario de Defensa comprometió el envío a Paraguay de expertos del Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa, institución dependiente del Pentágono, a fin de desarrollar un "Seminario de Planificación del Sistema de Seguridad Integral Nacional", programado para septiembre.
Sin embargo, la lectura de Castillo indica que en aquella reunión se acordó la instalación de la oficina de la DEA y que además, uno de los objetivos del encuentro fue estudiar como se puede regionalizar el conflicto colombiano.
“La Policía, la Fiscalía y fuerzas armadas paraguayas van a Colombia asiduamente y gente del poder ejecutivo norteamericano viene aquí para adiestrar en la resolución de los secuestros extorsivos, terrorismo, seguimiento de células guerrilleras. Han vinculado el secuestro y muerte de la hija del ex presidente Raúl Cubas, Cecilia Cubas, cuyo cadáver apareció el 16 de febrero último, luego de estar desaparecida más de cuatro meses, con los organismos de izquierda. Esto terminó de consolidar, o mejor dicho de justificar, las relaciones entre Estados Unidos, el Estado de Colombia y el paraguayo. Es paradigmático, un país que tiene más de dos mil secuestrados te asesore como combatirlo”, dijo Castillo.
Muchas veces, el nivel de resistencia tiene que ver con el de información. Para Castillo, el problema es que no circula información y por eso desde el SERPAJ se encuentran en el proceso de divulgación de las consecuencias que pueden traer las bases militares norteamericanas en Paraguay.
”Quizás ahora la población está teniendo algún conocimiento, por ejemplo de ley aprobada por el parlamento, que no es un dato menor, ya que no es el presidente y su política exterior sino todo un cuerpo de representas del pueblo que lo sostiene. Los sectores más politizados afirman que incluso la pseudo oposición del gobierno en el Congreso ha votado unánimemente por el ingreso y la inmunidad de las tropas. Ya se comienzan a escuchar las voces de los movimientos campesinos, los estudiantiles y los trabajadores, en repudio de una nueva conquista de su territorio y sus recursos naturales”, concluyó el dirigente del SERPAJ.
Mediante la noción de que la región es un "foco de inestabilidad", a la que Washington califica como su principal preocupación en América Latina, y con la complicidad del estado paraguayo, puede decirse que el interés radica en debilitar el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), para facilitar la administración de los recursos naturales que posee la región, que en éste caso tiene que ver con la reserva más importante de agua dulce del planeta, el Acuífero Guaraní.
En éste sentido, Orlando Castillo, miembro del SERPAJ PY (Servicio de Paz y Justicia de Paraguay) dijo:”en efecto, el gobierno paraguayo ha puesto trabas en los últimos tiempos para no permitir una integración completa y plena del bloque subregional, más allá de todas las falencias que tiene el MERCOSUR; y otro síntoma es que Paraguay ha presentado candidato ante la OEA (Organización de Estados Americanos) cuando el MERCOSUR ya lo tenía”.
Según un documento del SERPAJ PY, las fuerzas armadas paraguayas se han transformado en una de las principales latifundistas del territorio nacional, ya que posee más de 285 hectáreas en todo el país, de las cuales 6 mil están concentradas en Asunción, con más de doscientas dependencias militares. Pero éste total de tierras son las conocidas, pueden haber muchas que no lo son, por lo que las fuerzas armadas pueden estar ocupando territorios irregular o ilegalmente, como es el caso de Paso Yobai (Guaira), donde el ejército ocupa el local de la Organización Campesina de Desarrollo Comunitario de la Guaira (OCDCG). Esto es importante saberlo ya que para las organizaciones campesinas, esos terrenos están dentro de la Reforma Agraria, campaña que vienen impulsando desde hace ya muchas décadas.
La cooperación militar y de seguridad entre Estados Unidos y Paraguay data de los tiempos de la dictadura stronista, dado que muchos oficiales paraguayos fueron formados en la Escuela de las Américas, en el marco de la Doctrina de Seguridad Nacional. Actualmente, la Doctrina aparece reactivada bajo la excusa del “antiterrorismo”.
El 26 de mayo pasado, el Congreso paraguayo aprobó una ley a favor de la entrada y estadía, con absoluta inmunidad, de tropas norteamericanas hasta diciembre de 2006, en territorio guaraní. El miembro del SERPAJ dijo a APM que “Estados Unidos está instalado en Paraguay desde 2002 aproximadamente, tenemos registrados desde esa fecha 42 ejercicios militares de las tropas norteamericanas en nuestro territorio. Antes, estos mismos convenio se daba por seis meses, aunque, en general, eran renovados como lo será este también”.
Castillo aseguró que existen tres zonas de presencia militar definidas: una es en el Chaco, donde construyeron un aeropuerto para el aterrizaje para los Galaxy, B-52 (que pueden transportar armamento pesado, tanques e incluso aviones que pueden llevarse barriles de gas, petróleo y minerales del acuífero) y transbordadores de la NASA. Esta pista facilitaría la distribución de tropas y la conexión con Manta, la base militar más importante que Estados Unidos tiene en América Latina con 25 mil hectáreas de extensión, y que ya ha afectado a cinco municipios. Además de la de Iquitos, en Perú, la de Bolivia que no es oficial; la de Leticia, Colombia y la de Curacao en Venezuela, entre otras.
“Todo esto forma una fuerza operativa de despliegue rápido, que permite el fácil avance de tropas de marina o infantería a distintos puntos de Latinoamérica. Por ejemplo, desde Ecuador se podría estar bombardeando en una hora a Colombia, desde Perú a la Amazonía, desde Aruba a Venezuela; pero les faltan algunos nexos que no se pudieron establecer por ejemplo, en la Patagonia o en Mendoza (Argentina) o en Alcántara (Brasil), como se tenía pensado”, explicó Castillo.
Por tanto, se cree que Paraguay se ha convertido en el punto más estratégico para una base militar, aunque el embajador norteamericano en éste país diga que no existe tal interés.
Siempre se piensa que la Triple Frontera (que comparten Brasil, Argentina y Paraguay), sería el blanco para instalar una asentamiento militar. Sin embargo, Castillo difiere porque asegura que, generalmente, no suelen colocar la base en el lugar que les interesa; sino a una distancia que les permita llegar rápido a esa zona.
Según él, la pondrían en Concepción, una ciudad bastante importante a 500 kilómetros al norte de Asunción, en el departamento de Caaguazú, que tiene un movimiento campesino muy importante y está a orillas del Río Paraguay.
Allí, tendrían despliegue terrestre, fluvial y aéreo. Por otro lado, Concepción queda a media hora de vuelvo de Mariscal Estigarribia (a 250 kilómetros de la frontera con Bolivia), zona donde convergiría el proyecto de la Hidrovía (que conectaría el Río Paraguay, Paraná y Río de La Plata), donde el río se ensancharía y eso les permitiría entrar con más buques y más tropas terrestres a Ciudad del Este.
“Pensamos que allí se pueden estar instalando porque de hecho se crearon 18 nuevas divisiones de las fuerzas armadas paraguayas para estar en zonas de conflicto, donde los campesinos ocupan la tierra; además, los tres departamentos ubicados en la zona oriental (la más productiva) están conectados: Caaguazu, San Pedro y Concepción, donde, según Castillo, es donde más han estado ya que incluso se registraron casamientos entre lugareñas y soldados.
Esa es la zona estratégica, pero no Ciudad del Este por el movimiento, la infraestructura y para no levantar suspicacia. Y agregó “lo que sí estarían instalando en la Triple Frontera serían los depósitos, puestos donde almacenan, en teoría, alimentos o elementos de ayuda humanitaria, excusa con la cual se mantienen en contacto con la población con el reparto de víveres y medicamentos”, dijo Castillo.
Quienes investigan el tema, le sugirieren a la población no acercarse a los militares porque representan un riesgo en presente y futuro, ya que no tienen ningún tipo de control por parte del Estado; no se sabe que medicinas son ni quien aplican, dado que realizan consultas médicas gratuitas.
La presencia norteamericana en Paraguay no sólo está dada por las tropas. La oficina del FBI ya está funcionando en la embajada de Estados Unidos desde hace algunas semanas: “se comprueba una de sus técnicas con sólo mirar la publicación de fotos de supuestos terroristas paraguayos en una página entera del diario de más tirada del país, el ABC Color; dentro de poco van a ofrecer recompensa”, comentó Castillo.
También la CIA está funcionando en Paraguay desde la dictadura y la DEA, está trabajando por ejemplo en Lamambay (frontera con Brasil, zona de influencia del narcotráfico), donde la gobernación donó cinco hectáreas el mes pasado, para montar su oficina.
Castillo aseguró que además, “la DEA trabaja con agentes encubiertos y que el Congreso paraguayo está legislando la posibilidad de utilizar a la policía como agente encubierto, cosa que antes no se hacía; esto es, a todas luces, el marco legal para garantizar sus operaciones”.
La instalación de ésta oficina y la promulgación de la ley se dio automáticamente luego de que, a fines de mayo, el vicepresidente paraguayo, Luis Castiglioni, finalizara una visita oficial a Washington en la que se entrevistó con su colega estadounidense, Dick Cheney, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y el jefe de la diplomacia para Latinoamérica, Roger Noriega, entre otros funcionarios.
Según la información oficial del gobierno paraguayo, durante su visita se abordaron temas relacionados a la defensa y seguridad hemisférica, así como la lucha contra el delito transnacional y el terrorismo. Como acción inmediata, el secretario de Defensa comprometió el envío a Paraguay de expertos del Centro de Estudios Hemisféricos de Defensa, institución dependiente del Pentágono, a fin de desarrollar un "Seminario de Planificación del Sistema de Seguridad Integral Nacional", programado para septiembre.
Sin embargo, la lectura de Castillo indica que en aquella reunión se acordó la instalación de la oficina de la DEA y que además, uno de los objetivos del encuentro fue estudiar como se puede regionalizar el conflicto colombiano.
“La Policía, la Fiscalía y fuerzas armadas paraguayas van a Colombia asiduamente y gente del poder ejecutivo norteamericano viene aquí para adiestrar en la resolución de los secuestros extorsivos, terrorismo, seguimiento de células guerrilleras. Han vinculado el secuestro y muerte de la hija del ex presidente Raúl Cubas, Cecilia Cubas, cuyo cadáver apareció el 16 de febrero último, luego de estar desaparecida más de cuatro meses, con los organismos de izquierda. Esto terminó de consolidar, o mejor dicho de justificar, las relaciones entre Estados Unidos, el Estado de Colombia y el paraguayo. Es paradigmático, un país que tiene más de dos mil secuestrados te asesore como combatirlo”, dijo Castillo.
Muchas veces, el nivel de resistencia tiene que ver con el de información. Para Castillo, el problema es que no circula información y por eso desde el SERPAJ se encuentran en el proceso de divulgación de las consecuencias que pueden traer las bases militares norteamericanas en Paraguay.
”Quizás ahora la población está teniendo algún conocimiento, por ejemplo de ley aprobada por el parlamento, que no es un dato menor, ya que no es el presidente y su política exterior sino todo un cuerpo de representas del pueblo que lo sostiene. Los sectores más politizados afirman que incluso la pseudo oposición del gobierno en el Congreso ha votado unánimemente por el ingreso y la inmunidad de las tropas. Ya se comienzan a escuchar las voces de los movimientos campesinos, los estudiantiles y los trabajadores, en repudio de una nueva conquista de su territorio y sus recursos naturales”, concluyó el dirigente del SERPAJ.
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